Mayores del nuevo milenio I: El pasado de Uno Mismo

Articulo

Por Isabel Cabetas Hernández, Doctora en Psicología, escritora e investigadora del mayor

 

  • La psicología del Yo se enfoca sobre el desarrollo, tanto normal como patológico, de la adaptación a la realidad
  • Revisar el pasado es fundamental para reencontrar el sentido de la vida
  • La edad avanzada es un momento interesante para reciclar en psicoterapia la propia biografía

 

“Uno Mismo” es el cómo un individuo se adapta a su entorno y cómo ha de trabajar para conseguir su bienestar en afrontar sus conflictos desde una continua reconstrucción de sí mismo. Un ser humano en posesión de un "Self" es capaz de auto percibirse, tener una concepción de sí mismo y acatarla reflexivamente. En este artículo se analizan los pasos a seguir para alcanzarlo.

 

A) Ser Uno Mismo

 

Francisco sale con su madre Berta, de 76 años, del Centro de Salud. Después de que un par de meses con vértigos -“más propio de adultos aún jóvenes”, dicen los especialistas- sean descartado como causa de sus importantes mareos el daño cerebral, el desgaste cervical (“leve pero ineludible a sus años”, dice el especialista). Quedan desechadas otras causas de los vértigos; el pánico puede producir inestabilidad grave, pero la serenidad de Berta excluye esa posibilidad como causa de ese síntoma; tampoco hay infección alimentaria que justifique los vómitos y diarreas que acompañan su vértigo.

 

Tras varias observaciones -la audición falla al comienzo de cada episodio- y visitas al otorrino- ven los expertos como causa del vértigo el véstibulo izquierdo auricular. Al tiempo que va estudiándose el tratamiento va cesando la frecuencia de accesos y Berta descansa esperanzada.

 

Pero los 40 años de Francisco se rebelan:

-No acepto el envejecimiento, madre. Las canas, los fallos de memoria…me sublevan.

 

Queda Berta queriendo transmitir al hijo otra actitud; sabe que encarar así los años sólo engendra prejuicios y obsesiones y no permite degustar las ventajas: experiencia, valoración del afecto, llegada de los nietos, disfrute del éxito de sus hijos por la educación impartida con tato esfuerzo, el trabajo no obligado pero sí llevado con deseo y buenos resultados, llevado a  gusto y no por obligación, el gusto por la relación inter-generacional, tener amigos contemporáneos que saben llevar su tiempo y encarar nuevos aprendizajes… El mundo interior de Berta no es así transmisible en este momento, razonar sería intelectualizar para combatir el rechazo, instintivo a la edad que invade a Francisco, para rebatir esa pulsión no hay razones…

 

Despacito y con cariño Berta musita:

 -Francisco, seamos jóvenes o viejos tenemos una esencia íntima que nos permite ser “nosotros mismos” y que siempre nos acompaña. Las obsesiones de salud o de canas, cuando se hacen obsesiones no nos permiten ser “uno mismo “ a fondo, se tenga la edad que se tenga, pero sí cultivar esa esencia que hace decir al amigo que te quiere y la descubre, a pesar de los años: “sigues igual”, y es verdad, porque lo esencial en la persona es inalterable e importa cultivarlo siempre, tengas la edad que tengas.

Se escucha en voz baja a Francisco, sorprendido y cargado de convicción. 

-Entiendo, es así.

Berta sonríe aliviada. Piensa: “se acepta”.

 

B) El Self. Ser Uno Mismo a lo largo de la vida

 

La Psicología Dinámica o Psicología del Yo americana se ha centrado en la permanencia del Self-podemos. Hay que referir a Erikson o Rappaport, en la primera mitad del siglo XX, -que es el “Uno Mismo” a que nos referimos en el apartado anterior 1.1.- para entender cómo un individuo se adapta a su entorno y cómo ha de trabajar (Kohut, H,1980) para conseguir su bienestar en afrontar sus conflictos desde una continua reconstrucción de sí mismo. Un ser humano en posesión de un "Self" es capaz de auto percibirse, tener una concepción de sí mismo y acatarla reflexivamente.

Muchos psicoanalistas utilizan un constructo teórico llamado "yo"(*) en el mismo sentido. Los proponentes de la psicología del Yo se enfocan sobre el desarrollo tanto normal como patológico la adaptación a la realidad. El “Sí mismo” se inicia desde el comienzo de la vida; los impulsos libidinales y agresivos se despliegan dentro del contexto de relaciones tempranas y factores ambientales.

 

El reconocimiento de Uno Mismo requiere al individual entender su pasado, raíz de su constitución, su presente para entender cómo puede afrontarlo y su futuro cercano o presente-continuo, para entender cómo y para qué vivir.

 

Vayamos analizando estas tres instancias: pasado, presente y futuro del Sí mismo, para entendernos a nosotros mismos.

 

            B-1) Revisar el pasado (Cabetas, I.2011)

 

Siendo mayor, al hablar de vivencias pasadas, relaciones que dejaron huella, conflictos resueltos o personas definitivas en la propia existencia, se reencuentra el sentido de la vida. Se puede sobrevivir, pero no se puede vivir el presente sin evocar y convocar el pasado, sin recordar lo que reconocemos que ha conformado en algún momento nuestra mente y nuestros afectos. Al recordar, evitamos un cortocircuito en nuestra vida, cargada de experiencias.

 

Al retomar la propia historia la memoria devuelve retazos de sí mismo significativos, y se encuentra un sentido y un asiento para la vida personal y un referente para la identidad actual pues el concepto de sí mismo es estable a lo largo de las distintas edades (FDZ-Ballesteros et al, 1999). En grupo -terapéutico o no- o de forma aislada, el mayor que conciencia su desarrollo vital puede ajustar sus objetivos actuales a su personalidad.

 

Recordar es también recuperar la identidad de uno mismo como ser social, convocar a los que nos acompañaron en el camino de la vida, y apoyarse en lo intersubjetivo para promover sin temor cambios inevitables o convenientes.

 

Un niño, ya a los tres o cuatro años, puede mostrar rendimientos psíquicos muy complicados; la inteligencia fluida comienza a perfilarse a los tres años, y las normas de la selección mnémica son idénticas para el mayor en cualquier momento de su vida, niño o adulto. El tránsito emocional es muy estable a lo largo de la vida individual, independiente del proceso educativo, y tiene quiebros a los treinta, cuarenta, cincuenta y ochenta años; los traumas biográficos dejan huella en él. Reconocer este tránsito da al mayor consistencia e identidad.

 

Una persona cuyo recuerdo más temprano corresponde a una edad mínima (por ejemplo, primer año de vida) inicia muy pronto la reproducción de su cadena mnémica de recuerdos (Freud, S. 1914). Revisar el desarrollo humano individual supone reflexionar sobre la propia experiencia vital y sus recursos. El contenido individual de los propios recuerdos presenta un gran interés.

Fotografia de Pablo Pasgar

Al recuperar nuestra memoria elementos olvidados puede el inconsciente rechazar lo importante y conservar lo indiferente. Sin duda se opone a mostrar a la conciencia lo digno de ser recordado. Por asociación podemos desplazar la imagen mnémica a otra distinta dándonos la clave de algo significativo para nuestra vida psíquica.

Vivir es recordar, volver a pasar por el corazón lo que alguna vez anidó allí, saberse vivo y con experiencia. Hablando de las personales vivencias, recuerdos y conflictos, convocamos nuestra experiencia y provocamos nuevas actitudes.

 

Las características del mayor son -quizás en caricatura- las que ha mostrado en su biografía durante toda su vida. Y si él mismo las repasa de forma coherente, ayudado o no psicológicamente, como sea preciso, puede centrar su historia en los críticos momentos de su existencia: familia, trabajo, relación con el mundo exterior. Y este recuerdo le servirá de conducto para poder entender y predecir su conducta óptima al envejecer (Muchinik de, E. G. 1984).

 

El mayor tiene especial capacidad para la memoria a largo plazo. La actitud involutiva de recordar su pasado no es necesariamente negativa. Rebobinar, reciclar en su biografía, puede ser recuperar su antigüedad biográfica y rescatar sus valores y vivencias, su identidad. El tiempo ha pasado, pero el pasado ha dejado huella y reflejo de la intensidad de la vida personal.

 

La edad avanzada es un momento interesante para reciclar en psicoterapia la propia biografía y adaptar el mundo interno con exploración profunda y conocimiento de uno mismo. El mayor puede optimizar su capacidad cognitiva, reconocida al revisar su propia biografía; esto requiere estar comprometido con la vida y colabora a la continuidad de proyectos, lo cual puede bajar el ritmo de decadencia orgánica y psíquica.

 

C) El Horizonte del Mayor

 

El horizonte del mayor es mucho más corto que el del joven, pero se alimenta de un pasado mucho más rotundo para elaborar su “día a día”: le sirve la experiencia de cómo resolver el trabajo, cómo ha sentido sus amores y cómo asumió sus dificultades, incluso cómo se equivocó y cómo es mejor actuar en el presente ante situaciones similares. Su identidad se refuerza.

 

Lo asimilado en los primeros años y recuperado de algún modo en la “tercera edad” facilita enfrentar al mayor con la vida retomando su esencia, “siendo uno mismo”, pudiendo reaccionar ante cualquier situación con sentimiento de identificación y auto estima.

 

Ser mayor tiene, como cualquier otra edad, ventajas y privilegios. El recorrido que acabamos de hacer sobre las distintas etapas del proceso vital humano puede permitir al mayor reflexionar y reconocer sobre la debilidad de su infancia, su impetuosidad de joven, su seriedad y potencia de adulto y su serenidad posterior.

 

Cuando se revisa el propio pasado pueden encontrarse en él sombras importantes que han obstaculizado el personal deseo de plenitud, sombras activas al intentar, a lo largo de la vida, realizarse libremente: padres distantes, madres posesivas, hermanos sádicos o envidiosos, maestros abusivos, etc., que, aún fallecidos, siguen presentes en el Inconsciente e impiden vivir el presente continuo con paz y libertad. A veces una psicoterapia, individual o grupal, es conveniente.

 

No podemos cerrar este marco sin ver la necesidad de conocer nuestras propias emociones personales a lo largo de la vida. Aunque conozcamos diferentes técnicas para afrontar la edad del mayor, las abordaremos desde la individual respuesta emocional, única e irrepetible, y dependiendo en gran parte de la propia personalidad y bagaje biográfico; nuestra historia personal, educación y vivencias, marcarán la forma y desarrollo de nuestra próxima toma de decisiones. Revisar nuestra propia historia puede ayudarnos a entendernos mejor, estimarnos y aprovechar mejor el tiempo que nos queda, haciéndolo desde nuestra propia biografía, que continúa hasta la muerte y pervive en la memoria humana.

 

Revisar la propia historia tiene un valor terapéutico en el mayor, al reconocer en su mundo interno el niño, adolescente y adulto que ha sido, manteniendo así contacto con su pasado, que le devuelve su propia identidad, integridad y auto constancia.

 

Aunque la estructura familiar actual es muy cambiante, el mayor, desde su socialización ocurrida en la niñez y adolescencia, tiene siempre un núcleo familiar que va a persistir en su presente continuo y es un logro emocional subjetivo, profundo y estrecho, indispensable en su proceso de construcción hasta el final de la vida. Su trama familiar va a guiar su pulsión al servicio de la vida, y sus demandas de afecto e intimidad, primarias y originales de su propia biografía, al actualizarlas, le protegerán contra el desamparo y le ayudarán en la vejez.(Cine:Becker,Jean2015).

 

Os invito a rellenar el siguiente cuestionario. Lo confeccionó y trabajó junto a sus alumnos, hacia 1980, el Doctor Poveda hijo, psicólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Psicología en Madrid. Sus resultados son íntimos. Cumplimentarlo en privado, porque os va a ayudar a conoceros mejor.

 

Entrevista personal

 

1. ¿Qué clase de persona eres?

2. ¿Qué clase de persona es (o ha sido) tu padre?

3. ¿Qué clase de persona es (o ha sido) tu madre?

4. ¿Vivieron otros adultos contigo antes de los 10 años? Descríbelos.

5. ¿Cuál es (o era) la frase favorita de tu madre acerca de la vida?

6. ¿Cómo te elogia (o elogiaba) tu madre?

7. ¿Cómo te critica (o criticaba) tu madre?

8. Cuando tu madre está (o estaba) enfadada, ¿cómo se comporta (o comportaba)?

9. Qué haces (o hacías) cuando tu madre está (o estaba) enfadada?

10. ¿Cuál era el consejo de tu madre cuando eras pequeño/a?

11. ¿Cuál es (o era) la frase favorita de tu padre acerca de la vida?

12. ¿Cómo te elogia (o elogiaba) tu padre?

13. ¿Cómo te critica (o criticaba) tu padre?

14. Cuando tu padre esta (o estaba) enfadado, ¿cómo se comporta (o comportaba)?

15. ¿Qué haces (o hacías) cuando tu padre está (o estaba) enfadado?

16. ¿Cuál era el consejo de tu padre cuando tú eras pequeño/a?

17. Cuando te regañaban tus padres, ¿cómo lo hacían? ¿Suave o duramente?

18. ¿Por qué te regañaban? ¿Cómo lo hacían?

19. ¿Qué motes te pusieron de pequeño/a? ¿Qué significan?

20. Brevemente describe cómo se dirigían a ti los mayores.

21. ¿Qué esperaba tu madre que fueses?

22. ¿Qué esperaba tu padre que fueses?

23. ¿En qué medida te has acercado a lo que tus padres querían de ti?

24. ¿Qué sentimientos, pensamientos o actitudes no revelabas en tu infancia?

25. ¿Qué pensabas de la vida en la escuela primaria?

26. ¿Qué pensabas de la vida en la escuela secundaria?

27. ¿Qué cosa te gusta más de ti?

28. ¿Qué te disgusta más de ti?

29. ¿Qué cosa te gusta más de tu madre?

30. ¿Qué te disgusta más de tu madre?

31. ¿Cómo es tu vida sexual? Descríbela brevemente.

32. ¿Qué cuentos infantiles te gustaban más?

33. ¿Qué personaje del cuento te gustaba más? ¿Por qué?

34. Si alguien no está de acuerdo contigo, ¿discutes o le dejas?

35. ¿Has perdido la ilusión por las cosas, o crees que la vida no tiene sentido?

36. ¿Cuándo fue la última vez que pensaste en el suicidio?

37. ¿Cuándo fue la última vez que deseaste la muerte de alguien?

38. Supón que tus problemas continúan, ¿Qué es lo peor que puede ocurrirte dentro de cinco años?

39. ¿A qué edad piensas morir? ¿Cómo ocurrirá esta muerte?

40. Si filmaran tu vida, ¿cuál sería el título?

41. ¿Qué escribirían los demás en tu epitafio?

42. ¿Qué escribirías tú en tu epitafio?

43. ¿Qué síntomas físicos tienes frecuentemente?

44. ¿Recuerdas la última vez que te ocurrió? Descríbela

45. Cuando estás enfadado/a, ¿qué cosa sientes?

46. ¿Cuándo sentiste esto por primera vez?

47. Describe frente a qué situaciones demuestras estos sentimientos.

48. ¿Cómo desearías que fuese (o hubiese sido) tu madre?

49. ¿Cómo desearías que fuese (o hubiese sido) tu padre?

50. Si te concediesen un deseo, ¿qué o cómo querrías cambiar?

51. ¿Qué es lo que más deseas en tu vida?

52. ¿Qué esperas de esta entrevista?

53. ¿Has hecho algún tipo de entrevista últimamente? ¿O algún tipo de consulta o tratamiento?

54. ¿Cómo te beneficiaste?

55. ¿Qué quedó sin resolver?

56. ¿Qué esperarías de un tratamiento ahora?

57. ¿Cómo sabrás que has logrado resolver tu problema?

58. Cuando cambies, ¿qué otros problemas pueden aparecer?

59. ¿Cuál es la cosa que más te hubiera gustado escuchar en tu vida?

60. ¿Qué es lo que nunca te dijeron y que te hubiera gustado escuchar?

61. ¿Cual de estas posiciones existenciales piensas que es la tuya?

a. Yo estoy bien y la gente en general está bien.

b. Yo estoy bien y la gente en general está mal.

c. Yo estoy mal y la gente en general está bien.

d. Yo estoy mal y la gente en general está mal.

 

Puede enviar sus respuestas a la Doctora Isabel Cabetas: icabetas@gmail.com

 

(*) El enlace del YO corresponde al proyecto "ComoFuncionaQue.com", en el que expertos de diferentes campos, coaches y periodistas profesionales explican de manera sencilla y útil cómo funciona el mundo. Considero este artículo como una version extendida de la definición de Ego, con información de fondo adicional y detalles interesante.

 

Bibliografía

  • Cabetas, I (2011).El futuro es hoy. Madrid. Grupo editorial siglo XXI. Biblioteca Nueva.
  • FDZ-Ballesteros et al.(1999). Qué es la psicología de la vejez.Bibñlioteca Nueva.
  • Freud, S. (1914).Recuerdo, repetición y elaboración;tomo Vlioteca Nueva.
  • Kohut, Heinz(1980). La restauración del sí mismo. Barcelona. Paidós Ibérica.
  • Muchinik de, E. G.(1984).Hacia una nueva imagen de la vejez. Buenos Aires. ED. Belgrano.

Cine

  • Becker, J (2015)Unos días para recordar. Nacionalidad francesa. Distribuida por Acontracorriente films

 

También le puede interesar:

Mayores del Nuevo Milenio II: Uno Mismo Ahora (Isabel Cabetas)